Somos la generación del “más”. Trabajar más, para ganar más, para consumir más. El mundo nos empuja a desechar el smartphone del año pasado por uno con más megapíxeles o pantalla más grande, mientras las redes sociales nos empujan a ser más felices -a excepción de Twitter, claro-. El capitalismo voraz no ha permitido al videojuego escapar de su espiral de consumismo y crecimiento. Los videojuegos cada vez están obligados a ser mejores que el anterior, a ser más largos, más potentes técnicamente u ofrecer un mayor contenido. Estamos viviendo una época en la que una comunidad dual y polarizada donde o bien se juega a un único juego -vease el fenómeno Fornite o LoL- o se cuenta con más juegos disponibles de los que realmente podemos llegar a disfrutar por falta de tiempo.
Los RPGs pueden ser uno de los géneros a los que más trabajo está suponiendo este cambio de paradigma. ¿Cómo podemos mantener la atención del jugador durante decenas de horas con contenido de calidad? La respuesta no es fácil, y la prueba la vemos en las dificultades que la mayoría de estudios japoneses están teniendo para mantener el JRPG como el género relevante que supuso hace unas décadas. Recientemente hemos re-visitado Xenoblade Chronicles 2 de Monolith Soft. El juego de Nintendo es una claro ejemplo de cómo más no es más, sino menos. El juego sufre en demasía con el paso de las horas, y sufre de lo que adolecen muchos JRPGs, un mal enfoque de contenido. Una propuesta interesante y cuidada que obliga al jugador a dedicar decenas de horas en misiones insulsas y que lo único que pretenden es alargar la duración del juego artificialmente.
Hoy, Level-5 lanza para Nintendo Switch una revisión completa del juego original de 3DS, Snack World: de Mazmorra en Mazmorra, Edición Oro. Un RPG que, visto desde el prisma que os acabamos de mencionar debería estar abocado al ostracismo desde su lanzamiento pero que sabe posicionarse para esquivar este virus, vamos a ello.
Su gran virtud radica en su enfoque. Snack World es una parodia del propio género del RPG y no se esconde de ello. De hecho, aprovecha cualquier momento para pellizcar sobre todos esos elementos que definen el género como el rol de los personajes o la linealidad de los títulos. Es una parodia descafeinada que también se ve traducido en su propuesta jugable y, de nuevo, no se avergüenza de ello.
Este es uno de los elementos que más nos ha gustado de Snack World. No pretende ser lo que no es. Ofrece una propuesta simple y sencilla basada en la exploración constante de mazmorras creadas de forma procedural que nos llevarán por innumerables rutas a través tanto de la historia principal como cientos de misiones secundarias.
Lo primero que haremos al aterrizar en Snack World es crearnos a nuestro avatar. Lejos de complejos editores, aquí las combinaciones serán limitadas. Siguiendo uno de los clichés más manidos de la industria, nos despertaremos sin recordar quienes somos y deberemos colaborar con una banda de exploradores locales cumpliendo los encargos de un rey influenciable y su caprichosa hija. El toque de Level-5 en el diseño de personajes es marca de la casa y fácilmente reconocible lo que encaja perfectamente con el estilo de la obra. No hemos de confundir la dirección artística con la técnica. A pesar de contar con personajes y escenarios muy coloridos y característicos, lo cierto es que técnicamente Snack World es una juego mejorable, sobre todo en la versatilidad de sus escenarios. Si a esto le sumamos constantes e importantes problemas de estabilidad de en el frame rate, nos hallamos ante un juego mejorable técnicamente.
Mención especial para la localización de la obra. Tanto la traducción como el doblaje son magistrales y los diálogos están repletos de expresiones coloquiales que nos arrancarán muchas sonrisas y carcajadas durante nuestra aventura.
Aventura que puede alargarse durante decenas y decenas de horas. Mientras que la historia principal no nos llevará más de unas 20-30 horas, podríamos decir que el auténtico Snack World empieza una vez hemos acabado ese primer viaje. Esta ampliación casi infinita se compone de un mix formado por infinidad de misiones secundarias y de un modo multijugador tanto en local (con diferentes Switch) y online.
Donde Snack World empieza a adolecer es en su apartado jugable y propiamente el de exploración, combate y progresión. No es que su simplicidad lo convierta en un mal juego sino que finalmente acaba cayendo en algunas de las mismas trampas en las que caen sus hermanos mayores. La accesibilidad de sus combates hace que estos se simplifiquen de tal manera que todo el juego se resuma en aporrear el botón de ataque y esquivar, contando con un par de ataques especiales que podremos utilizar de forma recurrente. Esto se extiende a prácticamente todas las armas donde el sistema de jaras funciona como elemento de equipación para contar con diferentes armas durante las batallas. Snack World nos ayudará y nos simplificará el sistema de equipación de forma automática, si lo deseamos, ofreciéndonos siempre la opción óptima para cada combate. Esta accesibilidad al sistema de combate hace que el reto sea prácticamente inexistente a excepción de los bosses donde deberemos contemplar un enfoque más estratégico. Esto es extrapolable y se potencia mucho más tras el end-game, momento en el que las misiones a las que podremos acceder serán mucho más exigentes así como sus recompensas.
Como mencionamos anteriormente, las mazmorras procedurales tampoco hacen mejorar esta experiencia. Enemigos reciclados, mismo esquema de estructuras, pasillos y habitaciones hacen que si la jugabilidad se hacía monótono, las mazmorras se hagan aún más repetitivas entre unas y otras.
Snack World también va de recompensas, como todo RPG. Cada misión tendrá un premio gordo así como acceso a cofres por completar la misión sin morir, sin sufrir fatiga, o infligir más daño que el resto de integrantes.
Y como buen RPG, no cabalgamos solos. En Snack World contaremos tanto de la ayuda de NPCs durante las batallas como de los denominados Snacks. Estos serén harán las veces de soporte durante los combates y, aunque no los podremos controlar, serán claves en ciertos momentos de la aventura por su soporte en combate. Los Snacks podrán ser tanto de grupo, que nos acompañarán durante todo el mazmorreo, como los de bolsillo, que se podrán utilizar en momentos puntuales de la misión y, en estos casos, si podremos controlar.
