League of Legends suele asociarse a una experiencia extraordinariamente competitiva. Sin embargo, la mayor parte de las partidas que se disputan cada día en los servidores oficiales de Riot Games no están para nada asociadas con los rangos clasificatorios. El modo normal a ciegas, reclutamiento o incluso ARAM son algunos de los más transitados del título y tienen como único propósito ofrecernos una experiencia divertida en la que poder disfrutar sin tener que preocuparnos demasiado por nuestro rendimiento o nivel de habilidad.
¿Perder puntos en una partida normal?
Con el cliente de League of Legends, el funcionamiento teórico del juego no siempre termina cumpliéndose. Sus bugs cada día son más numerosos y sorprendentes. Uno de los más destacados es el que sufrió este jugador que quiso compartir su historia con la comunidad mediante una captura de pantalla. En ella vemos como, tras caer derrotado en una partida normal del modo reclutamiento tuvo un aviso inesperado: acababa de perder nueve puntos de liga.
Buscando explicaciones para este fallo, la comunidad ha teorizado sobre un posible error visual o a una posible pérdida de puntos que corresponde a una vieja partida clasificatoria que no fue contabilizada en su momento. También hubo quienes, mucho más agudos, acusaron al jugador en tono jocoso de haber jugado tan mal que realmente se merecía una deducción de puntos en todos los modos de juego.
Los fallos de League of Legends en términos de su cliente de juego son casi incontables, pero normalmente sus efectos no tienden a tener repercusión en los rangos clasificatorios o otros aspectos más molestos del juego. Sin embargo, estas imperfecciones y asperezas pueden hacernos dudar o pasar un mal rato. Una prueba más de los problemas de código que viene arrastrando el título desde su mismo lanzamiento y que Riot Games no es capaz de solucionar pese a sus inmensos esfuerzos.
Fuente
Tras recibir una actualización jugable completa y convertirse en una de las sensaciones de League of Legends, los datos han revelado una dura realidad para el nuevo Tahm Kench: no cumple en casi nada y es aún peor que su vieja versión.
